miércoles, 1 de junio de 2016

ESPIRAL-MENTE HABLANDO

Me di cuenta de que la mayoría de mis cartas no iban dirigidas a una persona sino a una idea.

No le busques explicación. Hay que soltarlo de alguna manera porque si no la garganta cría estacas que se astillan más que la madera.

Esto no es una película.

No hay un conejo buscando sus guantes, ni puedes conocer tu muerte a través del ojo de una bruja. No podemos viajar en el tiempo, eso aún no es posible.

Así que no iremos a un concierto de los 60, ni veremos cómo un tipo o una tipa descubren el fuego, ni qué se contaban mientras hacían las pirámides, ni cómo eran esos ríos y esos árboles.

Siguiendo con la espiral, he confundido la realidad con el sueño, mientras una gata se hacía un ovillo en el valle de la curvatura de mi cintura aprovechando que me recosté sobre mi costado. Y después estuvo lloviendo.

He escuchado a Orishas desde la orilla de una copa de ron, y he tenido sed hasta llegar a la  trigésima nota de la última canción, que en realidad ya nunca será la última.

No hay que buscar tantas explicaciones, y esto lo dice una persona que no entiende infinidad de cosas.

El de la guitarra se marcha sin decir adiós.

Nos tomamos unas claras y a mí no se me aclara nada. Se me espesa el péndulo que me cuelga por dentro, oigo su tic-tac y noto el chorro de arena cayéndome de lleno, como si estuviera metida en un frasco de cristal que todos se empeñan en girar en sentido contrario, cerrándolo más y más en lugar de abrirlo.

No sé, esto siempre pudo ser un sueño. Ya ves, el Club de la lucha surgió de una alucinación, y seguramente habrá veintenas de Bridgets Jones anotándolo en un diario rojo.

Pero no le busques explicación a todas las preguntas que ilustran una mirada seca, puesta en la nada. No respondas cuando te digan si alguna vez te has enamorado de una voz, si has gritado precisamente porque sabes que nadie podrá escucharte, si has dejado que alguien se equivoque, si alguna vez has luchado ¿Sabes? Con todo aquello que una lucha implica, si has olvidado la palabra que dices todos los días y te has cagado de miedo, si has dicho adiós sabiendo que realmente es un adiós, si has lanzado algo con el único objetivo de romperlo, si te has sentido fuera de este mundo, si has llorado ¿Sabes? Con todo aquello que un llanto implica, si has tocado una cima, si has consultado con tu farmacéutico, si has hecho algo bueno a escondidas, si te ha parecido ver algo donde no hay nada, si has comido tierra, si has pintado con comida, si has perdido tus zapatos, si te lo has creído, si has olvidado el tiempo que hace que.

Ahora viene cuando tocas un si con la pandereta y te invito a gritar sandeces.

Y sigue la espiral.

Una vez me hablaron sobre la ciudad de la escarcha. El animal autóctono es una rana que es capaz de dormir toda la estación cubierta de hielo mientras el corazón se le va apagando hasta que para. Y después, con los primeros soles el latido despierta.

Supongo que con decirlo ya basta.

También me hablaron de los ópales, pero eso es otra línea.

Espiralmente hablando, no viajaremos en el tiempo, eso aún no es posible. Pero sí podemos viajar en el espacio, y vaya si queda espacio por recorrer.

Seguimos girando.

Artista desconocido

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