He escuchado a la ciudad.
He lamido los ladrillos del edificio de mi esquina favorita
y lejos de contraer alguna enfermedad
he relamido la tinta de mi huella.
He oscultado las alcantarillas después de tantos días de lluvia,
y el embarcadero de los barcos de papel está colapsado.
De sueños.
He mirado mi reflejo y me he asustado.
Porque hacía mucho que no lo hacía.
Encontrarme digo.
He tapado mis días con las 7 de la tarde,
los he desnudado sin alarmas ni relojes.
También he recordado por un momento
todo lo que habia olvidado.
Y casi no ha dolido.
Y he escuchado a los cuervos.
Y me he hermanado con ellos.
He
metido los pies en el mar.
Sin pausas, sin mirar.
Es verdad que desde que he vuelto a soñar,
después de cada melodía las lágrimas salen en fila
y los corazones se arrugan tanto que parece que van a desaparecer.
Desde que he vueltto a soñar
ya no tengo pesadillas.
Parece mentira
No sé si ya te lo he contado
que desde que he vuelto a soñar
he despertado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario