Enséñame a aguantar la respiración
porque ahora es el momento de coger aire.
Dentro de mí hay cuatro estaciones y un paisaje.
Hay una jungla con plantas salvajes.
Un lago que parece imperturbable
porque sus ondas son lentas y ordenadas.
Hay un desierto que quiere ser habitado.
Y un invierno donde refugiarse.
Un Sol y una tormenta permanente.
También he de contarte
que hay un edificio con alquitrán
derramado en las paredes.
Es tan oscuro
que no me extraña que sea ahí
donde guardo mis miedos.
Chao Vivaldi
Las estaciones se deshacen.
LLueve barro en Madrid.
Desenterramos flores
antes de que levanten
la cabeza los girasoles.
Pasamos de abril.
Chao Vivaldi
Báilame el fuego
que huele a San Juan.
Lanza sueños a la hoguera
a ver dónde van.
Mayo y aguacates.
Los guacamayos de mi cabeza
se han desteñido.
Echa a la hoguera el nido.
Dale un sorbo a este nuevo ciclo.
Chao Vivaldi
y a tus cuatro estaciones de Renfe.
Ten fe en mi café
porque no te fallará ni una mañana.
Sigue esta canción
sin ninguna instrucción.
Hagamos con preguntas
una construcción.
Arquitectura confusa
con alguna exclamación.
Chao Vivaldi
Nos vemos en la repisa del Sol.
Tirando del cielo
Sacándome de mis casillas
Vertiendo los dados
Jugándolo todo
Rompiendo mis esquemas
es-que-más claro
no puede estar.
Poniendo a la venta los números
Empezando a sumar
Curando de una vez
los costipados.
Travis Bedel |
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